martes, 2 de septiembre de 2008

El Triunfo de Marx (Parte 2)

En China, como en la URSS, el desarrollo del socialismo no estaba exento de contradicciones y problemas. Quizás los mas graves, en un primer momento, eran los acaecidos entorno a la contradicción entre el campo y la ciudad; la socialización del mundo rural. El acelerado proceso de industrialización de la Republica Popular China, a la menara de la URSS, desencadenó fuertes contradicciones, entre las ciudades donde se concentraban la industria pesada y el campo, que constituía la base económica y social de China. A diferencia que en la URSS, la tarea de socializar el campo se presentaba a los comunistas chinos una tarea ímproba, por la enorme población dedicada a la actividad agrícola y la escasa penetración capitalista en la manera de producir de los campesinos chinos.

En la URSS, coexistían 2 tipos de organización de la propiedad en el campo; los sovjoses o granjas estatales, cuya base eran las grandes explotaciones agrícolas expropiadas a los terratenientes, en las que trabajaban campesinos asalariados; y los koljoses, cooperativas constituidas con las pequeñas y medianas explotaciones creadas tras el reparto de tierras expropiadas a los terratenientes feudales entre los campesinos, las explotaciones de las tradicionales comunidades campesinas y las incipientes pequeñas y medianas explotaciones agrarias capitalistas. Aunque la esencia del proceso de socialización del campo en China y la URSS es el mismo, existe una diferencia sustancial. En Rusia, la transformación del campo estaba mucho mas avanzada que en China, pues existía una mayor penetración de las relaciones capitalistas en la producción agraria. Tras la revolución de 1917, las tareas de los comunistas rusos fue durante una década, las de culminar la revolución burguesa, acabar con los restos de las relaciones feudales que aún pervivían en el campo ruso. Es a finales de los años 20 y en los años 30 cuando la URSS da un salto cualitativo e inicia la socialización, desarrollando la colectivización del campo ruso. Esta ha sido una de las medidas más controvertidas, de las llevadas a cabo por el estado socialista soviético. Objetivamente, la medida adoptada era necesaria y adecuada si se quería impulsar la productividad del campo al tiempo que transformar la sociedad campesina; era imprescindible acabar con la pequeña o mediana explotación campesina. Sin ninguna duda la colectivización encontró una fuerte resistencia entre los pequeños y medianos propietarios de explotaciones agrarias (los kulaks), desencadenando una dura lucha de clases que, por un lado provocó una caída de la producción agraria (algo previsible, por lo que la colectivización no se inició hasta que la capacidad productiva de los sovjoses y los kolsoses, fuese tal que pudiese responder a la reducción de la producción de los kulacks) y una dura represión política contra los kulaks, represión que puede ser discutible en cuanto a formas y maneras, pero que era políticamente inevitable.

Paradójicamente, la revolución socialista en Rusia supuso, hasta la socialización del campo, una tabla de salvación para los pequeños y medianos campesinos rusos, pues pudieron mantener y desarrollar una actividad mercantil en las zonas rurales y con las industrializadas ciudades, al tiempo que recibían ayuda en forma de maquinaria, abonos etc. del estado. ¿Cuál era la situación en los países capitalistas?. La crisis de los años 30, supuso la ruina de millones de pequeños y medianos campesinos que fueron expropiados por los bancos; obligados a abandonar sus tierra, son arrojados a los brazos de la miseria: se ofrecen como mano de obra barata para trabajar en las grandes explotaciones agrícolas o son desplazados a los centros urbanos e industriales donde son contratados en pésimas condiciones o pasan a engrosar las filas de los parados. Esta situación generó protestas que fueron duramente reprimidas por el aparato de estado capitalista. Un magnífico testimonio de esta época en Estados Unidos, nos lo ofrece la novela de John Steinbeck Las Uvas de La ira.

Ambos procesos, en la URSS y EEUU (y el resto de países capitalistas), responden a una necesidad objetiva de socializar el campo, concentrar la pequeña propiedad campesina, improductiva e ineficiente, y crear grandes explotaciones agrarias. La gran diferencia estriba en que en la URSS es un proceso consciente y planificado dirigido por el proletariado, donde al pequeño y mediano propietario campesino se le da la posibilidad de integrarse en unidades de explotación superiores; el que se resiste es expropiado sin contemplación. En los países capitalistas el proceso es anárquico, donde impera la lógica capitalista, siendo los sectores más débiles los mas duramente golpeados, generando como ya hemos dicho ruina y miseria en amplios sectores de la población. Esta es la lógica que se ha impuesto y ha dominado la transformación del campo en la inmensa mayoría de países dependientes, colonias y semicolonias. Los arrabales de las grandes urbes dan buena fe de ello.

Los primeros pasos dados por los comunistas chinos para poner las condiciones necesarias para el desarrollo del socialismo, se dieron durante la guerra revolucionaria; en las zonas liberadas los grandes terratenientes eran expropiados y las tierras entregadas a los campesinos. Medidas que continuaron tras la proclamación de la República Popular en 1949 en todo el territorio chino, completando así las tareas de la revolución burguesa iniciadas a principios de siglo con la revolución de 1911. Es el periodo de la Revolución de Nueva Democracia. Simultáneamente comenzaban a tomarse medidas para impulsar el socialismo; en los grandes centros urbanos, donde se concentraba la industria, se expropian las grandes empresas industriales, pasando a manos del nuevo estado socialista chino. En el campo, la socialización vino de la mano primero de las cooperativas agrícolas y posteriormente de las comunas populares. La excesiva fragmentación del suelo agrícola en pequeñas o medianas explotaciones, base productiva para la subsistencia o para la producción de un excedente que sostenía una actividad mercantil con las ciudades costeras chinas, suponía un freno al desarrollo de las fuerzas productivas en el campo y por tanto la superación del milenario sistema productivo chino. De ahí la necesidad de concentrar la propiedad de la tierra en unidades de explotación que permitieran un mayor aprovechamiento del suelo, mejorando la renta agraria, mediante una mas eficiente organización del trabajo agrario y una tecnificación del mismo con introducción de maquinaria agrícola, abonos y técnicas de cultivo.

El importante desarrollo industrial de China en los 50 y 60, escasamente revertía en el campo. Esta situación generó fuertes contradicciones sociales entre sectores de población campesinos y los sectores vinculados a la pujante sociedad urbana e industrial China. Las medidas colectivizadoras no resolvían los problemas endémicos del campo chino. La colectivización, la concentración de las explotaciones agrarias en unidades superiores, si no va acompañada de un proceso de tecnificación del trabajo, no redunda en el incremento de la capacidad productiva. Si agrupamos en una cooperativa mil pequeñas explotaciones con una capacidad productiva limitada, lo que obtendremos será una gran explotación agraria, con la misma capacidad productiva limitada. Solo las zonas agrarias circundantes a las ciudades costeras e industriales chinas se beneficiaban del desarrollo industrial (maquinaria agrícola, abonos etc), con incrementos notables de la capacidad productiva; el resto de la población, la inmensa mayoría del mundo rural chino continuaba con la limitada capacidad productiva y el consiguiente atraso social. Se había producido un importante avance, al abolir las relaciones feudales, pero las condiciones objetivas se mantenían. Mao, el partido comunista chino, eran conscientes de esta situación, por lo que adoptaron medidas drásticas que rompieran con este estado de cosas en el campo, en la estructura económica de la joven República Popular China. El Gran Salto Adelante, supone la adopción de un conjunto de medidas destinadas a impulsar la industrialización del campo y romper la vieja estructura mercantilista china, que establecía un equilibrio basado en el intercambio de los excedentes del campo y las producciones artesanales y manufactureras de las ciudades chinas. En esta situación de equilibrio inestable, el amplio campo interior chino y la enorme población a el vinculado, se veía golpeado frecuentemente por hambrunas, tras un periodo de malas cosechas. En lo esencial, el objetivo del Gran Salto Adelante es culminar las tareas de la revolución burguesa hacer la revolución industrial en China, e impulsar el desarrollo del socialismo. Objetivamente las medidas adoptadas eran socialmente necesarias, si se quería transformar la sociedad china. Las contradicciones y problemas que surgieron con el Gran Salto Adelante, se debieron a varios factores que no negaban las medidas tomadas, sino al contrario confirmaban su necesidad. Quienes oponían resistencia a las medidas eran, fundamentalmente sectores campesinos apegados a la vieja sociedad china que veían peligrar su poder, su estatus, con la industrialización del campo. En las ciudades, los sectores remisos al gran salto adelante lo componían aquellos que defendían un planteamiento economicista: desarrollar la industria pesada, concentrar los recursos en esta tarea desdeñando la situación de los campesinos. Esta era la línea defendida por la URSS, por N. Khrushchev y por importantes sectores dentro del partido comunista. Sin embargo esta no fue la línea desarrollada por el PCUS, por Stalin en los años 20, 30. Como hemos visto, esta línea obedecía a un planteamiento materialista dialéctico del problema, cuya base objetiva fue rigurosamente analizada por Lenin en el Desarrollo del Capitalismo en Rusia. Khrushchev, los nuevos gerifaltes del PCUS defendían, con respecto a China y el resto de países dependientes, colonias y semicolonias un planteamiento unilateral; en unos casos poner el peso en el desarrollo de la industria pesada y en otros el desarrollo del sector agrícola. Esta es la base política e ideológica del social imperialismo; el imperialismo en los países coloniales o dependientes, desarrolla estructuras económicas que sirvan a sus intereses particulares imperialistas, si no, retiran el apoyo técnico y financiero como hizo la URSS con China.

Durante el periodo del Gran Salto Adelante, a finales de los años 50, principios de los 60, el campo chino se vio afectado por una época de sequías que provocó una reducción de la producción agrícola, con consecuencias nefastas para amplios sectores de población que se vio afectada por la hambruna. Durante cientos de años este era un problema endémico del campo chino, que como hemos mencionado es fruto de una estructura económica dependiente e inestable. Con Gran Salto Adelante o sin Gran Salto Adelante, con Revolución o sin Revolución, la hambruna de principios de los 60, difícilmente se podía confrontar por la sociedad china. Los poco más de 10 años transcurridos desde la toma del poder por los comunistas chinos, se hacían del todo insuficientes para superar la vieja y profundamente arraigada estructura económica y poner las condiciones que permitieran afrontar situaciones adversas como las sufridas por el campo chino. El Gran Salto Adelante, representaba esas condiciones, de hecho supuso el desarrollo de las bases objetivas para acabar con las futuras hambrunas. Pero su aplicación no estuvo exenta de errores y contradicciones. La crítica mas certera al Gran Salto Adelante, vino ni mas ni menos que del propio Mao Tse Tung, al afirmar que la “naturaleza no da saltos por encargo”. Esto supone una profunda crítica a la visión unilateral, al incidir en los factores subjetivos a la hora de impulsar el desarrollo industrial en China. El marcarse el objetivo de industrializar China y alcanzar a Inglaterra en quince años, movilizando a millones de personas sin tener en cuenta las condiciones objetivas, obedece a un planteamiento idealista. Estos errores de subjetivismo, las consecuencias de dichos errores en la aplicación del gran salto adelante, fueron aprovechados por los sectores campesinos que se oponían a las transformaciones del campo, para criticar duramente a Mao, desencadenando una confrontación política que se saldó con la derrota de la línea conservadora campesina. La línea que ponía el peso en lo objetivo, salió reforzada e impulsó un desarrollo unilateral de las fuerzas productivas, es decir de la industria pesada y del campo vinculado a las grandes ciudades costeras. Durante este periodo, se produjo un formidable desarrollo de las fuerzas productivas; los centros industriales concentrados en las grandes urbes costeras y las comunas agrícolas próximas a estos centros incrementaron notablemente la producción. A pesar del importante desarrollo económico de los años 60, se mantenía la contradicción con el extenso campo chino que albergaba a cientos de millones de campesinos pobres. La línea dialéctica que representaba el Gran Salto Adelante, de desarrollo industrial del campo sufrió un frenazo. Aunque en un primer momento era correcto el rectificar y desmantelar algunas comunas populares, de manera transitoria, hasta que se pudieran dotar de medios técnicos para incrementar la capacidad productiva; en la práctica se convirtió en línea política, que condenaba a la inmensa mayoría del campo chino a la pobreza, mientras en las ciudades se desarrollaba una floreciente sociedad urbana industrial. Se estaba imponiendo la vía burguesa del desarrollo social frente a la vía dialéctica del proletariado. Mao, una vez mas, viendo que la contradicción con el campo no se resolvía, al tiempo que en las ciudades se desarrollaba una nueva casta social, al calor del desarrollo industrial, del desarrollo del socialismo (como la que había surgido en la URSS); impulsó un movimiento político e ideológico, que atacara los dos aspectos de la contradicción: La Gran Revolución Cultural Proletaria.

En 1966, la contradicción principal era la que representaba la vía burguesa del desarrollo social, en todos los aspectos: político, ideológico, económico. Para confrontar dicha contradicción era preciso impulsar un movimiento social amplio, en el que participaran todos los sectores de la sociedad china. En la primera fase del movimiento, fueron los jóvenes, los estudiantes quienes desencadenaron la lucha abierta de los contrarios, sometiendo a crítica, sin limitaciones de ningún tipo, a todo lo que representara status político y social. Desde representantes y gestores de la cultura, la enseñanza, las fábricas, hasta dirigentes locales, del partido comunista y del gobierno del estado. Este proceso incontrolado e incontrolable, generó, desorden y “caos social”. Eso que desde el mundo liberal burgués es anarquía social, en esencia es autentica democracia popular. El liberalismo burgués, entiende la democracia como un proceso ordenado, tranquilo, sin sobresaltos. De ahí que las elecciones democrático burguesas, que se organizan cada cuatro años, aparentemente pretenden ser un periodo en el que se desata la crítica y la confrontación política pero, están completamente constreñidas, controladas, limitadas por el marco demócrata burgués. En una situación de libertad, como la que se desencadenó en la GRCP, se producen descontrol y excesos que afectan tanto a quienes defienden posiciones correctas como a quien sostiene posiciones erróneas. Es el propio proceso democrático, en el que interviene la vanguardia revolucionaria del proletariado, el que corrige los excesos y derivas irracionales, mediante la lucha política e ideológica. Los excesos y errores que se cometieron durante la GRCP, son una ínfima fracción de los que se cometieron durante la Revolución Francesa, sin embargo esta ultima es enzarzada y celebrada por el pensamiento liberal burgués como un gran acontecimiento histórico. Desde nuestro análisis materialista histórico, en lo esencial, ambas revoluciones responden a manifestaciones objetivas y subjetivas concretas, fruto de unas mismas leyes objetivas del desarrollo histórico. Posiblemente en un futuro la GRCP, será celebrada como un acontecimiento fundamental en la historia de China y de todo el mundo. Durante la GRCP, la línea que representa la vía proletaria, dialéctica, del desarrollo social de China, adquiere un nuevo impulso e incide nuevamente en resolver la contradicción entre el campo y la ciudad. Para ello, millones de jóvenes estudiantes, obreros e intelectuales que habían participado en la GRCP, fueron movilizados hacia las zonas mas atrasadas del mundo rural Chino con un claro objetivo de dar un nuevo impulso al desarrollo del socialismo en el campo, con mano de obra cualificada y un elevado nivel de conciencia. ¿Porqué esa insistencia de Mao en desarrollar el campo, en superar la contradicción con la ciudad?. Porque históricamente en China esta contradicción había sido fuente de estancamiento social y subdesarrollo; el campo produce alimentos y materias primas que son intercambiados por productos industriales de la ciudad, y el escaso excedente es intercambiado en mercados exteriores. Como hemos comentado es una forma asiática de mercantilismo, (el llamado modo de producción asiático) que se mantuvo estable y no avanzó hacia la revolución industrial.

A mediados de los 70, en China existía un tejido de miles de pequeñas y medianas empresas industriales creadas en el campo, con una gran capacidad de la llamada producción de industria ligera. Lo que había supuesto, en la practica un gran salto en el desarrollo del socialismo en el otrora atrasado campo chino. Mientras en los países capitalistas desarrollados y los llamados países de socialismo real (URSS y Estados del este de Europa), se desencadenaban las contradicciones y entraban en crisis (ver parte 1 de este artículo); en China, el modelo económico desarrollado tras la revolución cultural desplegaba un gran dinamismo social en la inmensa mayoría del territorio Chino, en el que, no solo los aspectos económicos eran responsables de ese dinamismo, sino también aspectos ideológico, culturales, educativos, sanitarios, de organización, gestión etc. Muchos de esos “experimentos sociales”, han sido adoptados en los países capitalistas, por necesidades objetivas, a raíz del desarrollo de la llamada sociedad de la información (nuevas técnicas de organización y dirección de empresa, modelos de enseñanza etc.) Esta es la base objetiva del impresionante y continuado desarrollo de la economía China hasta la actualidad.

En 1976, tras la muerte de Mao, se desencadena nuevamente la lucha de contrarios y se impone la vía burguesa del desarrollo social. Quienes representaban la línea proletaria en el partido comunista y en el conjunto de la sociedad china, son reprimidos y apartados de cualquier responsabilidad política. Es un episodio mas de la Revolución Cultural, entendida esta como periodo histórico (la GRCP acabó formalmente en 1969), pero en este caso es la línea derechista la que asesta el golpe a la línea proletaria. A partir de 1977 se intenta recomponer el modelo de desarrollo socialista a la soviética; se pone el peso una vez mas en impulsar la gran industria urbana (recomponer “los estragos de la Revolución Cultural”), pero este modelo estaba caducado. La URSS persistía en su modelo de desarrollo, aunque ya empezaba a mostrar síntomas de agotamiento, las contradicciones no estallarán hasta una década después. Los estados capitalistas occidentales, que en esencia desarrollaron el mismo modelo económico que la URSS después de la crisis de los 30; a finales de los 70, principios de los 80 se encontraban inmersos en una aguda crisis, que los llevaría a un proceso de reconversión del modelo industrial de desarrollo. En China, la línea social burguesa, toma conciencia de las nuevas condiciones objetivas y cambia su política, llevando a cabo “reformas económicas”, es decir la reconversión industrial que se ponía en práctica en los países capitalistas. La reconversión industrial, desencadenaría en China conflictos, como en los países capitalistas y en la URSS, pero las consecuencias serían distintas fundamentalmente porque la línea proletaria, había desarrollado, a raíz de la GRCP, las condiciones objetivas para superar las contradicciones del sistema: un amplio proceso de descentralización industrial, con la creación de miles de pequeñas y medianas industrias en el campo. Estas serían las medidas que en esencia se pondrían en marcha en los países capitalistas, pero evidentemente con un contenido liberal burgués y una base tecnológica más desarrollada. Los sucesos de Tiananmen de 1989, son consecuencia, principalmente de la crisis del modelo social burgués, que estaba siendo desmantelado por los nuevos dirigentes chinos. Fue un fenómeno urbano, vinculado a las grandes zonas industriales en crisis. La base política e ideológica de dicho movimiento es la misma que desencadenó en los países del este de Europa y la URSS, una movilización amplia de la población descontenta por la crisis económica contra el orden existente. Dicha situación fue aprovechada por sectores liberal burgueses para imponer, una nueva vía burguesa para resolver las contradicciones con consecuencias nefastas para la población durante mas de una década, en la ex URSS y países del este de Europa. Sin embargo existe una diferencia sustancial entre la situación de China y la URSS; y son las condiciones objetivas creadas por la GRCP, por la línea proletaria, que permitieron un desarrollo industrial de nuevo tipo del que se beneficiaban las amplias masas campesinas, masas que no se sentían identificadas con un movimiento social urbano como el que llevó a los sucesos de Tiananmen. Paradójicamente, la tan denostada GRCP por los social burgueses Chinos, a la larga fue la que los libró de la “vía soviética” del colapso, al tiempo que ponía las condiciones para un nuevo impulso de la vía burguesa del desarrollo social. Se crean nuevas zonas industriales, al tiempo que se ofrecen el enorme tejido industrial de pequeñas y medianas empresas creadas por la política impulsada por la GRCP, a la inversión de capital externo. Objetivamente, el desarrollo social en China, en la actual Rusia, en EEUU; en todos los países capitalistas desarrollados y semi desarrollados, obedecen a línea proletaria; pero política e ideológicamente, domina la línea de pensamiento burgués. Sin embargo el ser material determina la conciencia social, y la lucha política e ideológica de los contrarios impondrá una nueva línea de pensamiento; el pensamiento proletario, el pensamiento dialéctico.

2 de septiembre de 2008